viernes, 26 de julio de 2013

Juguetes de plástico, sensuales ciudades rubias de cemento que reclaman almas descarriadas, sin estrellas, llenas de aceras encharcadas y paredes agujereadas que no cesan de sangrar; gatos encallados en los tejados, siempre inmóviles, reyes de las majestuosas alturas; chimeneas apresuradas escupiendo a traición; árboles corrompidos aspiran a bocanadas el humo del tabaco de los efímeros humanos, los que ya no estarán; y a mi alrededor sólo labios doloridos aguantando las ganas de desgastarse, siempre a punto de gritar, porque sólo hay prisa, fragancias prisioneras en frascos de cristal, brújulas que nunca paran de girar buscando un rumbo, una puta dirección, las saetas del reloj estancadas, sentimientos de papel y amores de cartón. Y claro, luego siempre llueve.

viernes, 1 de marzo de 2013

Soy como un mecanismo simple, un cigarro, o me fumas o me apagas, pero no me dejes aquí varado en la curva de tu boca, consumiéndome. Y sé que cuando siempre estás huyendo quedarse es el mayor de los retos, o que los perros viejos no debéis enamoraros de los gatos callejeros, o yo que sé. Pero de lo que estoy muy seguro es de que yo ya estoy harto de tantos excesos, borracho de tantos besos extranjeros. Quiero un café caliente por la mañana, y tú tras su humo, como flotando. Me apetece tenerte los lunes en mi cama, los martes en mi colchón, los miércoles en mi espalda... o que seas la razón de los pliegues de mi sonrisa. Que los dos empañemos con el incendio de nuestros cuerpos desesperados todos los espejos o que nos quedemos tan eclipsados, tan ausentes, tan silenciosos que sólo con mirarnos lo descifremos todo. Y es que todos buscamos ese roce imperfecto que lo desordene todo y hay algo en ti que consigue explicar todo el caos que guardo dentro.