Cien años de soledad
Les dijo que olvidaran cuanto él les había enseñado del mundo y del corazón humano, que se cagaran en todo, y que en cualquier lugar en el que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera.
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