viernes, 20 de enero de 2012

Sólo, quiéreme.

Quedan a mis espaldas, creo, tus jadeos en mi cuello. Ser pequeño puede estar tan lejos. Ser pequeño es digno de admiración. Signo de admiración, te quiero, signo de admiración y cierro: los ojos, la boca, los miedos, los huesos. Signo de admiración y abro: vámonos. Vámonos a pintar la ciudad de rojo, regalar sonrojos, quitar el cerrojo. Vámonos. Vámonos al ascensor parado, al vagón de metro, al mejor momento. Vámonos. Quiéreme. Manifiéstate de súbito. Choquémonos como por arte de mágico. Pidámonos disculpas. Intentemos tirar el muro gélido diciéndonos las cuatro cosas típicas. Escúchame decir cosas estúpidas y ríete. Sorpréndete valorándome como a oferta sólida.Y a partir de ahí, quiéreme. Relajémonos y pongamos música. De pronto, abalancémonos como bestias indómitas. Mordámonos, toquémonos, gritémonos. Permitámonos que todo sea válido. Y sin parar, follémonos. Follémonos hasta quedar afónicos, follémonos hasta quedar escuálidos.Y al otro día, quiéreme.


"Signo de admiración. Capman"

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